La carne de cerdo es más grasa, lo que les gusta a los perros expuestos a mayores cargas (por ejemplo, las razas de servicio o de caza, los perros que practican cinología deportiva o agility). Las proteínas del cerdo les ayudan a reponer fuerzas y la grasa a contener la energía perdida para realizar nuevas proezas. Al ser más dura, la carne de cerdo es ideal para fortalecer los músculos de la masticación y, junto con el método de alimentación BARF, puede ayudar a eliminar la manía de engullir. El pienso de cerdo no está muy extendido y, por tanto, hay menos probabilidades de alergia alimentaria.